Es así, reprime sus
sentimientos, le resulta más fácil que sacarlos a fuera. Más fácil y más
seguro. Es una mierda no saber quién va a jugar con ellos. Aunque, a veces no
es justo ni para una ni para otra cuando ambas quieren más, y saltan chispas,
arde Troya, y el amor-odio las consume en ese eterno tira y afloja, y se
enfadan porque les puede la tensión sexual no resuelta y la proximidad se torna
peligrosa y salvaje... aun así se serena y pierden las dos sin haber comenzado
a jugar si quiera.
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