Ese momento en el que estás bailando con un amigo y, de repente, comienza a llorar de emoción y ya no sabes dónde terminan las lágrimas y dónde empieza el sudor, pero eso sí, sabes que ambos se mezclan en tu camiseta.

Summer is coming..

Acepto esa carita de idiota como unidad de mencantas.

Somos como las islas en el mar, separadas de la superficie pero conectadas en la profundidad. 

William James.

"Tejer a ganchillo el contorno de tus labios". Suena mal, y si te lo imaginas, es incluso peor que la angustia que recorre tu cuerpo cuando lees los interminables enunciados de un parcial de José Antonio. En serio, imagínalo. Pero no es tan cutre como "eres el queso de mis espaguetis", ni tan mascachapas como "si fueras barco pirata, te comería el tesoro que tienes entre las patas".  

No me cae bien. 

No puedo ser objetiva respecto a su "poema". 

Somos antítesis. 
Como cuando mordí una castaña silvestre, por llamarla de alguna manera, y acabé pareciéndome al bebé de los Sinclair de Dinosaurs. 
No la trago. 
Es, simplemente, una ortiga para mi piel.

A veces me gusta buscar mis propios dramas, porque no seré una verdadera dramaqueen, pero sí una dramateur y no puedo no tener uno al mes si me apetece.