Se suele decir que el año que está por llegar o el que está por irse es o será como el anterior, un año más. Pues bien, este año ha sido muy diferente y con un montón de sorpresas, agradables y desagradables.
He aprendido a controlar mis impulsos y mi mala leche cuando me despiertan, a confiar mucho más en mí misma y a seguir mi intuición o mis corazonadas, a abrir mi mente y controlar mis temores, a no ser tan confiada y no dar más terreno del que puedo llegar a proteger, a perdonar, disculparme y defenderme.
En realidad, he aprendido mucho más que todo esto y he vivido momentos inolvidables. He cambiado de estilo de vida y mis metas, he vuelto a replantearme las mismas inquietudes de siempre, que regresan por si algún día venzo al miedo y a mis auto-limitaciones. He tenido mis días grises por confiada, pero pese a todo lo malo o menos bueno, este año ha sido increíble. Me he sentido y me siento mucho más viva, feliz y enérgica. No es un año más, es el 2014. Y espero seguir creciendo en todos los sentidos en el 2015.
¡Feliz año!
